El verano es una buena época para aprender. No, en serio, no no, no os riáis. Porque uno esta claro que aprenderá lo que le de la gana, no lo que le exijan. Rememorando aquellos deberes estúpidos que nos mandaban, aquellas "clases de verano", esas academias absurdas, que mejor que contratacarlas estudiando lo que uno quiere, lo que uno anhela: ser mejor, ser alguien socialmente aceptado. Dejad de ser unos frikers y convertíos en hombres de provecho, que apenas os llevara unos minutos al día.
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