En 1960, psicólogos de la Universidad de Yale bajo la dirección del Dr. Stanley Milgram quisieron probar los límites de la obediencia humana. Se simuló una prueba en la que los verdadero conejillos de indias desconocían serlo; se les pedía que fueran subiendo el nivel de electrocución de otra persona, a la que creían verdadero voluntario (y en realidad un actor), ante las respuestas incorrectas de éste. Llegados a un punto, se les hacía creer que la siguiente descarga sería letal, pero que debía llevarla a cabo para el buen resultado del experimento. 2/3 de los voluntarios aceptaban y, con reparos, apretaban el botón en un experimento que sin duda fue referenciado en el episodio Hogar, agridulce Hogar de Los Simpson.
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